Mitos o Creencias Erróneas sobre el Suicidio

Uno de los escoyos más significativos en cualquier programa de formación comunitaria sobre prevención del suicidio son las ideas erróneas que circulan en las comunidades y que, de tanto repetirlas, son tomadas como verdades incuestionables. A estas ideas erróneas se las llama comúnmente "mitos sobre el suicidio" y se transmiten de persona a persona, o masivamente desde los medios de comunicación, hasta ser aceptados por la mayor parte de la población. El problema de los mitos, además de que son falsos por lo que llevan a decisiones equivocadas, es que bloquean nuestra capacidad de aprender la información científica y correcta que podría ayudarnos a prevenir suicidios. Como en otras cuestiones, también en Prevención del Suicidio, es necesario desaprender conceptos falsos para poder aprender aquellos que realmente nos sirven. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud, lo Organización Panamericana de la Salud y otras instituciones insisten en advertir sobre estos mitos en sus campañas de Prevención del Suicidio.

Los mitos sobre el suicidio son numerosos, pero los más difundidos y peligrosos por su capacidad de bloquear la capacidad comunitaria de asistencia a personas con pensamientos suicidas son los siguientes:

Mitos más importantes sobre el suicidio y el pensamiento suicida

Mito 1: "Quienes dicen que se van a suicidar no lo hacen".

¡FALSO!

Verdad:

Quienes hablan sobre sus ideas suicidas seguramente contemplaron la posibilidad de llevarlas al acto. Expresar esas ideas es generalmente una forma de pedir ayuda. Pensar que solo está victimizándose, que intenta manipularnos o que porque lo dijo no lo va a hacer solo nos aporta una falsa tranquilidad y nos impide brindar la asistencia que esa persona requiere.

Ver Asistencia Primaria a personas en crisis o con Pensamientos Suicidas.

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Mito 2: "El suicidio es un acto impulsivo por lo que no se puede prevenir".

¡FALSO!

Verdad:

Las personas que llegan a cometer suicidio lo hacen después de un largo proceso que puede llevar años o décadas. Algunas veces las señales que advierten sobre el pensamiento suicida son claras y otras son difíciles de reconocer, especialmente para los convivientes. Conocer las señales de advertencia puede resultar de gran ayuda, pero aún sin llegar a reconocer estas señales podemos prevenir el suicidio desde el fortalecimiento de los Factores Protectores de la Conducta Suicida.

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Mito 3: "Los suicidas tienen una decisión firme sobre lo que pretenden hacer".

¡FALSO!

Verdad:

El pensamiento suicida es siempre ambivalente por lo que el suicida puede cambiar su decisión en cualquier momento del proceso. Incluso con el intento de suicidio en curso. Por eso, el acceso a la escucha y la contención emocional a tiempo puede salvar vidas.

Ver Asistencia Primaria en Emergencias con Riesgo de Suicidio.

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Mito 4: "Quien haya realizado un intento de suicidio estará en riesgo para toda su vida".

¡FALSO!

Verdad:

Si bien el pensamiento suicida suele ser persistente y la recuperación lenta, por lo que existe un mayor riesgo en los primeros meses, las personas que sobrevivieron a intentos de suicidio pueden recuperarse completamente y de hecho muchas lo hacen para llevar vidas normales en las que el intento de suicidio y los pensamientos suicidas son solo una anécdota del pasado.

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Mito 5: "Los pensamientos suicidas siempre se deben a una enfermedad mental".

¡FALSO!

Verdad:

Si bien es cierto que algunos trastornos mentales como la esquizofrenia y la bipolaridad son factores de riesgo de la conducta suicida. No todas las personas con trastornos mentales llegan a tener pensamientos suicidas ni todas las personas que llegan a pensar en el suicidio tienen algún trastorno mental. Cualquier persona en determinadas circunstancias que lo lleven a padecer un sufrimiento intenso, que parece insoportable, sin dejarla ver otras opciones o alternativas y sintiéndose emocionalmente sola frente a sus problemas puede llegar a pensar en el suicidio.

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Mito 6: "Hablar sobre el suicidio genera ideas y puede inducir al acto".

¡FALSO!

Verdad:

Si bien es cierto que hablar o escribir irresponsablemente sobre el suicidio con fines morbosos o sensacionalistas puede favorecer los procesos de identificación e imitación y de ese modo aumentar el riesgo suicida. Hablar responsablemente sobre el suicidio no solo no induce al acto sino que genera oportunidades para pedir ayuda y prevenir el suicidio.

Ver Cómo Hablar Responsablemente Sobre el tema del Suicidio.

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