top of page

Venciendo el miedo al suicidio


Tengo 48 años de edad. Siempre le tuve terror al suicidio, Con sólo escribir o pronunciar la palabra sufría ataques de ansiedad. Cuando tenia cinco años una amiguita me contó que mi padre murió por suicidio. Mi madre nunca me lo había querido decir. Eso fue muy chocante para mi, siempre sentí abandono por parte de mi padre al tomar esa decisión. Mi madre me contó luego como había sucedido, que él tenía 28 años cuando se suicidó y que era alcohólico. Yo solo tenía 3 años cuando ocurrió.


Crecí pensando por qué nos abandonó a mi madre y a mí tomando esa decisión que marcaría mi vida para siempre. Cuando tenía 20 años tuve que asistir al funeral de un primo que también se suicidó a los 11 años de edad. Fue allí que mi terror al suicidio creció más.


Llegando a mis 28 años (edad en que mi padre acabó con su vida) mi miedo de transitar esa edad significativa fue tan grande que comencé a tener pánico, crisis de ansiedad generalizada y algunos síntomas depresivos. Mis creencias o pensamientos irreales me aterraban. Pensaba que yo iba por ese mismo camino. Comencé a temer que me pasara a mí lo mismo. En mi mente surgían miles de pensamientos: a esta edad se mató mi papá, mi primo también se mató, esto es hereditario, capaz que yo termino igual, etc. Empezaron mis primeras crisis de ansiedad y ataques de pánico. Es allí donde busco ayuda psicológica y psiquiátrica.


Me recetaron un ansiolítico, un antidepresivo y terapia cognitiva conductual, que hice al pie de la letra. Con ayuda psicológica y psiquiátrica, y hoy practicando Mindfullnes, he podido comprender mis pensamientos y aprendí a no temer a esa palabra tan cruel.


Hoy soy docente de escuela primaria con 16 años de antigüedad en la labor. Estoy divorciada hace 20 años. Uno de los detonantes de mi ansiedad también fue el divorcio. Tengo 48 años y dos hijos hermosos de 30 y 23 años. También tengo tres hermosos nietos. Vivo sola en mi casa porque mis hijos ya tienen familia. Tengo una bella perra (raza callejera) y un gato siamés.


Dispongo de suficiente tiempo para meditar. La técnica consiste en observar los pensamientos y la cadena de otros que se producen cuando pensamos, observarlos como nubes en el cielo, o pompas de jabón. Observarlos, no enjuiciarlos porque es allí donde el pensamiento se transforma en emoción; y si eso ocurre solo sentirlo, dejarlo pasar por nuestro cuerpo. Obvio que requiere mucha práctica y disciplina. También cuando me siento triste escribo todo lo que siento, esa es otra técnica de sanación.


Creo que se puede estudiar y entrenar nuestra mente, reconstruyendo nuevos circuitos neuronales que amen la vida y aprender a sentir placer, alegría, optimismo, etc. Debemos adquirir herramientas que protejan nuestra integridad, y nos permitan disfrutar de la vida y, sobre todo, crear espacios de diálogo como este que permitan expresar lo que sentimos.


Bendiciones y gracias.

 

Ver también:



162 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page