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También en Prevención del Suicidio: “Nada sobre nosotros sin nosotros”


La frase fue usada como lema por movimientos en defensa de los derechos de personas con discapacidad, comunidades de autistas, neuro-divergentes y otros grupos minoritarios. Significa que no se deberían diseñar políticas públicas sin la participación activa y directa de quienes serán los destinatarios de dichas políticas. Esto que parece una condición lógica, con demasiada frecuencia no se tiene en cuenta y, de este modo, también se ignoran las reales necesidades de estos grupos.


Por eso es importante el rol de las asociaciones civiles que, de algún modo, ejercen la representación de las personas desfavorecidas por alguna condición para que sus opiniones sean tomadas en cuenta. Algunos de estos grupos lo están consiguiendo y otros aún no.


Para citar un ejemplo que además nos atañe podemos ver lo qué pasa con las políticas públicas para la prevención del suicidio. Sabemos que a pesar de que la conducta suicida es una importante causa de muerte, con una incidencia comparable a la de la inseguridad o los accidentes de tránsito, casi no existen políticas públicas ni se destinan recursos para la prevención del suicidio, pero si para prevenir el delito o los accidentes de tránsito.


Esta diferencia no es casual. Las víctimas de la inseguridad o de los accidentes de tránsito están muy bien representadas por asociaciones que defienden sus derechos y sus causas. Si bien existen asociaciones para la prevención del suicidio, en general, sus miembros no son afectados por el drama del suicidio o no se muestran como tales. El estigma que pesa sobre la cuestión del suicidio es de tal dimensión que incluso puertas adentro de las asociaciones para la prevención del suicidio somos pocos los que nos reconocemos como afectados. Y quienes sí lo hacemos casi nunca nos vemos como víctimas de una causa externa que debería haberse prevenido, por lo que no reclamamos políticas públicas específicas para la prevención del suicidio. Por eso, la propuesta de Hablemos de Suicidio ONG puede representar un cambio en esta situación de ocultamiento y renuncia a la escena pública que se traduce en políticas públicas para la prevención del suicidio escasas e ineficientes.


El primer paso es que todos los que nos sentimos afectados por el drama del suicidio tengamos un lugar donde reunirnos y hablar de lo que nos pasa, lo siguiente es sacarnos todas esas culpas que nos metieron y que nos dicen que hay algo mal en nosotros o que somos los únicos responsables de lo que nos pasa o nos pasó. El suicidio es un problema social, tenemos que reconocerlo primero nosotros desde nuestras propias historias para luego gritarlo al mundo. Solo desde ese lugar de convicción y empoderamiento podremos reclamar políticas públicas eficientes para la prevención del suicidio como, por ejemplo: más contenidos de educación emocional, tratamiento serio del bullying y el ciber-bulying, asistencia psicológica accesible para jóvenes y adultos, un sistema de salud mental más eficiente e inclusivo, programas específicos para personas afectadas por factores de riesgo como alcoholismo, adicciones, dependencia emocional, violencia familiar, etc.


Las personas afectadas por el drama del suicidio en algún momento de nuestras vidas fuimos dejadas a un lado por la comunidad que nos debió cuidar. Eso tiene que cambiar en un futuro, pero el primer paso es que nosotros mismos como afectados tomemos consciencia del problema y nos organicemos para aportar y reclamar soluciones. Recién entonces podremos decir “Nada sobre nosotros sin nosotros”.

 

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